Es posible que te guste pintar o dibujar, pero todavía no hayas probado a hacerlo al óleo. Es normal que surjan muchas dudas, que nos falte técnica, o que nos sintamos un poco perdidos a la hora de comenzar con esta técnica. Lo primero que debemos tener en cuenta es no impacientarnos. Recuerda que pintar es algo que hacemos por gusto, que nos libera, que nos ayuda a expresarnos. Experimenta y disfruta en cada paso, poco a poco la técnica irá mejorando. Hoy te damos cuatro consejos para guiarte en el inicio de la pintura al óleo.
1.- Dibuja
Es habitual que queramos empezar directamente con la pintura, pero antes de hacerlo es imprescindible que le dediquemos tiempo a dibujar. Como en todo, la pintura al óleo requiere práctica. El uso del pincel no es sencillo, por lo que coger soltura con el dibujo nos ayudará a dar el siguiente paso.
No es necesario que busquemos la perfección en nuestros dibujos, tampoco importa lo que dibujemos. Lo principal es entrenar la técnica y la mente, activar nuestro cerebro. De esta manera, poco a poco nos irá resultando más sencillo. Hazte con un cuaderno de dibujo y un lápiz, y dedica unos días a dibujar y practicar el trazo de las diferentes líneas.
2.- Observa tu entorno
Estamos tan acostumbrados a todo aquello que nos rodea, que a veces no observamos los pequeños detalles. Aprender a mirar el mundo de otra manera nos ayudará en muchos aspectos, también en el de la pintura. Observa las medidas de las cosas, las perspectivas, los colores… ¿Cómo se ve esa silla desde este ángulo? ¿Y desde aquel otro? ¿Qué distancia hay entre los distintos elementos de un rostro? Entre los ojos, entre la nariz y los labios, ¿qué formas generan? Nuestro entorno puede cambiar mucho si empezamos a observar estos pequeños detalles, que nos servirán para recordar y orientarnos a la hora de plasmarlo en el lienzo.
Lo mismo ocurre con los colores. No existe un mismo tono en una sola cosa. Las luces influyen, los reflejos, las huellas o marcas que pueda tener el objeto, etc. Todo ello hará que los tonos cambien, que un rojo pueda ser más rosado en unas zonas, e incluso blanco en otras, si se produce en él un reflejo de la luz.
3.- Practica
Después de llevar a cabo estos dos primeros pasos, antes de saltar al lienzo, recomendamos practicar con los colores en otra superficie, a modo de práctica. Utiliza cartulinas o cartones que no importe manchar y juega con los colores. Prueba a mezclarlos, a ver cómo quedan por separado o al cambiar la cantidad de aguarrás que se les añada. Esto nos ayudará a conocer un poco más el funcionamiento del pincel y las pinturas, y nos hará dudar menos a la hora de elaborar nuestro cuadro.
4.- Técnica
Aunque nos guste ser autodidactas, siempre es bueno saber un poco sobre técnica. Algunos aspectos interesantes serían:
- Es posible mezclar la pintura en el lienzo o en la paleta. Para mezclarla en el lienzo la pintura deberá estar fresca. Si no, la pintura que pongamos cubrirá la ya existente.
- Para diluir la pintura se usa aceite de linaza. Para que la pintura fluya mejor, moja un poco el pincel en él. Cuanto más tenga, más transparente quedará la capa de pintura. Para evitar que gotee por el lienzo, evita el exceso escurriéndolo.
- Para limpiar los materiales utilizaremos aguarrás, cuando vayamos a cambiar de color, y los secaremos con un trapo. Cuando hayamos finalizado, tras el aguarrás, los lavaremos con jabón de lavavajillas hasta que no quede nada de pintura.
- Evita el uso del color negro, ya que ensucia los colores al mezclarlos. Úsalo para pequeños detalles.
- El blanco es muy útil, pero también apaga los colores al mezclarlos. Para aclarar un color podemos hacer uso del amarillo.
- Recuerda que el tono de los colores varía según los colores que le rodeen. Esto es importante a la hora de resaltar ciertos elementos en nuestra pintura.