Los niños están en continuo aprendizaje del mundo que les rodea. Desde bien pequeños, todo les llama la atención y buscan observarlo y estudiarlo detenidamente. Responden a los movimientos, a las diferentes texturas, y también a los distintos colores.
Acompañarlos en este proceso de descubrimiento es siempre una aventura que nos ayuda a recuperar la visión del mundo desde su prisma. Saber cómo ayudarles a comprender su entorno y a aportarles los estímulos necesarios juega un papel muy importante en su desarrollo. De forma natural, sencilla y divertida, podemos disfrutar juntos de este proceso tan enriquecedor.
¿Cuándo aprenden los colores?
Cerca del primer año de edad, los bebés empiezan a poder distinguir los colores. Sin embargo, es sobre los 2 años cuando ya comienzan a poder nombrarlos. El aprendizaje de los mismos se suele completar alrededor de los 3 años de edad.
Cuando el pequeño ronda los 12 meses, ya es capaz de identificar y poder diferenciar los objetos en base a su color dominante. Pero, como hemos señalado, es alrededor de los 2 años cuando empiezan a poder aprender los colores en sí. En esta etapa, se establecen las asociaciones entre los colores y sus nombres correspondientes. Cuando ya se ha implantado esta relación, durante aproximadamente un año, los irán fijando e interiorizando. Aun así, es muy habitual que los sigan confundiendo, sobre todo si son colores similares.
Proceso de aprendizaje
El proceso de aprendizaje de los colores se podría dividir en tres partes:
- Percepción de los colores, pero no saber distinguirlos.
- Saber distinguirlos y que son diferentes unos de otros.
- Aprenderlos e identificarlos en los objetos que le rodean.
¿Cómo enseñarles los colores?
Como todo aprendizaje, necesitamos ir poco a poco. Por lo tanto, deberemos ir trabajando los colores de uno en uno. Es recomendable comenzar por los colores primarios, como son el rojo, el amarillo y el azul.
De manera habitual suele empezarse por el color rojo, ya que puede ser el más sencillo de reconocer. Para darle a conocer el rojo, podemos elegir aquellos objetos que tengan un rojo más intenso. Señalaremos los artículos que tienen este color, y estableceremos la similitud entre ambos. Un ejemplo sería decir que nuestra chaqueta es roja como un tomate.
Al igual que establecemos las similitudes entre objetos que son del mismo color, también señalaremos la diferencia con otros que no lo sean. De esta manera aprenderán a diferenciarlos.
Cuando veamos que ya entiende lo que es el color rojo, pasaremos a enseñarle el siguiente color. Así, de forma progresiva, irá distinguiéndolos e incorporándolos en su vocabulario a la hora de diferenciar los objetos.
Debemos ser pacientes y no asustarnos si vemos que los sigue confundiendo en ocasiones. Es normal que, como conceptos abstractos que son, les lleve un tiempo asimilarlos.
Otra manera de ir remarcando los colores, es hacer referencia de ellos en la vida cotidiana. Como, por ejemplo, decirles que se pongan la camiseta amarilla o que te alcancen el rotulador azul. Las manualidades también son una maravillosa opción para estimular su aprendizaje y conocer los diferentes colores, así como mezclaros y observar los nuevos que surgen de esta mezcla.