A la hora de pintar las diferentes estancias de nuestra casa, es importante buscar la armonía. Aunque cada habitación pueda tener su propio estilo o ambiente, buscar una continuidad en las texturas y en los tonos hará que nuestro hogar ofrezca un aspecto más uniforme y confortable.
Cuando pensamos en pintar una habitación, ya sea el dormitorio principal o una de las habitaciones secundarias, hay varios aspectos a tener en cuenta para poder conseguir el resultado que deseamos.
¿Cuáles son estos aspectos?
Cuidando de los pequeños detalles obtendremos un espacio cuidado y visualmente agradable. Las habitaciones son lugares que, aunque puede que no permanezcamos en ellas la mayor parte del día, es primordial que resulten acogedoras y armónicas.
¿Qué habitación vamos a pintar?
Lo primero que debemos plantearnos es qué habitación vamos a pintar. La elección de colores será distinta si se trata de una habitación de matrimonio, que si es la habitación de un niño o un despacho. Pensar en la utilidad que le vamos a dar nos servirá de guía para hacernos una idea de los tonos a elegir. Es recomendable elegir, al menos, dos colores para cuando veamos el muestrario de pinturas tener una idea base ya establecida y poder decidirnos mejor.
¿Qué dimensiones tiene?
El tamaño de la habitación también juega un papel fundamental. En el caso de que sea de un tamaño reducido, es recomendable buscar siempre colores claros o decantarnos por el blanco. Esto hará que el espacio se vea más amplio, al contrario que las pinturas más oscuras, que pueden “empequeñecer” el lugar.
Si tienen techos altos nos pueden dar mucho juego, ya que, pintando el techo de un color más claro que el de las paredes, aumentaremos la sensación de amplitud. Esta sensación se reforzará aún más si dirigimos la iluminación del lugar hacia los techos.
Como hemos dicho anteriormente, en caso de buscar lo contrario, nos decantaremos por colores más oscuros para los techos y más claros para las paredes.
Mobiliario
No podemos olvidarnos de buscar unos colores que casen con el tono de los muebles y con el estilo de los mismos. La elección de colores más alegres y llamativos o, por el contrario, más serios o uniformes, dependerá del tipo de decoración que haya en ella.
Si todavía no tenemos esa habitación decorada, primero deberíamos proyectar el ambiente que queremos crear en ella, para dar paso a la pintura y la adquisición de mobiliario y decoración.
Luminosidad del espacio
Por último, otro aspecto imprescindible que debemos observar es la iluminación, tanto la de nuestra casa en general, como la de la habitación en concreto. Como ya hemos comentado, los colores pueden generar sensaciones de amplitud o de reducción de espacios. Esto pasa también con la iluminación: si el espacio es muy luminoso, podremos jugar con colores más oscuros. Sin embargo, si es poco luminoso, siempre es recomendable elegir blancos o colores claros, para que otorguen amplitud al lugar.
