El minimalismo es una tendencia de diseño que se encuentra muy de moda desde hace años. Este tipo de decoración realmente existe desde el siglo XX. Nació como la antítesis a las líneas de estilo tan sobrecargadas que existían en el pasado. Como el rechazo a la arquitectura victoriana. Pero ¿qué significa ahora el diseño minimalista?
El minimalismo puede ser un movimiento difícil de identificar. Existe una línea muy delgada con la del modernismo en sus comienzos. Actualmente es increíblemente fácil equivocarse al identificar los elementos de diseño minimalistas con los del diseño contemporáneo.
El minimalismo, conocido por su arquitectura e interiores sobrios y duraderos, se trata de un tipo de diseño de interiores moderno. Tienen un objetivo claro: eliminar los adornos innecesarios para resaltar la esencia de un espacio, de sus materiales o de su forma. El minimalismo no ve un espacio como vacío, trata más de que cada objeto tiene un propósito en su emplazamiento más adecuado. Una vez entendido que cada elección se hace teniendo en cuenta la función del elemento empleado, podrás comprender las paredes blancas características del minimalismo de una manera diferente. No se tratan de un lienzo en blanco, sino que cumplen un propósito: ser el lienzo para la luz, las sombras y el contraste de los elementos que albergan.
¿Qué es el minimalismo en el diseño?
Cuando hablamos del minimalismo puro, hablamos de una tendencia muy exigente. Podemos pensar en él más como un principio que como un estilo visual. La filosofía del minimalismo se presta en algunos de los interiores más llamativos del siglo pasado, aunque no lo creas.
Es difícil pasar por alto la resolución casi espiritual de los diseñadores minimalistas, su reverencia por el significado más profundo del espacio. El objetivo es revelar una belleza natural que no esté oscurecida por la ornamentación o la decoración. La idea no es verse bien en un espacio, sino sentirse puro.
Similar a muchas de las ideas vistas en el diseño escandinavo, los diseños minimalistas son espacios purificados que son atemporales y reducidos. Cuando veamos elementos o espacios minimalistas, debemos esperar ver paletas monocromáticas, interiores sorprendentemente sobrios con líneas rectas y limpias.
¿De dónde viene el minimalismo?
Si bien la estética minimalista tiene raíces tradicionales en el budismo zen de Japón y de cómo adornaban los jardines y exteriores, en conjunto con las líneas del diseño escandinavo. El comienzo como tal del “minimalismo”, se le atribuye al movimiento holandés a través de De Stijl en las primeras décadas del siglo XX. La máxima del minimalismo es bien clara y sencilla como su esencia: “Menos es Más”.
Un movimiento minimalista más consciente, comenzó a surgir en la década de 1960 cuando un grupo de artistas: Donald Judd, Carl Andre, Dan Flavin y otros, se movieron contra el expresionismo abstracto. Rechazando el exceso, crearon un arte que revelaba formas geográficas simples y trataba de resaltar la forma en sí misma.
Naturalmente, el movimiento artístico ganó fuerza en todo el mundo del diseño. Después de la estética audaz y descarada de los años 80 y los 90. El resultado fue un minimalismo austero, impulsado por líneas limpias (lo simple era elegante) que dejó su huella en la arquitectura de todo el mundo.
El difunto Christian Liaigre en gran medida pudo haber cimentado el movimiento de interiores con una escasez característica en los rediseños del Mercer Hotel de la ciudad de Nueva York, conocido por su elegante mobiliario revestido en maderas oscuras o tapizado en lino blanco.