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Es recomendable que, antes de comenzar a pintar al óleo en nuestro lienzo, lo preparemos para ello. Esto se realiza mediante la aplicación de una imprimación y pegamento de unión. Aunque no lo hayamos hecho nunca y pueda generarnos dudas, podremos observar que es un proceso muy sencillo. Al realizar la imprimación, la superficie del lienzo se endurece, de manera que aporta textura y deja que los colores puedan resaltar mejor. Para ello será necesario que dispongamos del gesso y del pegamento de unión adecuados.

Para preparar el lienzo deberemos seguir una serie de pasos.

Elección del gesso y pegamento de unión

En primer lugar, como hemos comentado anteriormente, será necesario escoger el pegamento de unión y el gesso correctos para nuestro proyecto.

Aplicación del pegamento de unión

El pegamento de unión se utiliza como forma de evitar que la pintura al óleo pueda filtrarse en las fibras. Es por esto que los artistas hacen uso de este adhesivo líquido. Lo aplicaremos sobre el lienzo con un pincel pequeño, realizando trazos cortos. Posteriormente, lo dejaremos secar durante alrededor de unas 12 horas.

En el caso de utilizar pinturas acrílicas, la aplicación del pegamento de unión es opcional. En el caso de utilizar pinturas al óleo será siempre necesario. Conseguir este adhesivo no nos resultará complicado, ya que lo encontraremos en cualquier comercio de arte y manualidades.

Escoger la imprimación adecuada para el tipo de pintura

La imprimación que utilicemos variará según el tipo de pintura con la que vayamos a pintar. Por lo tanto, si vamos a pintar con pintura acrílica, necesitaremos un gesso acrílico. De igual manera, necesitaremos gesso al óleo si vamos a utilizar este tipo de pintura, es decir, un gesso de cada tipo para cada tipo de pintura. Aunque también existe en el mercado gesso acrílico que se puede utilizar igualmente con acrílicos y óleo.

Al igual que en el caso del pegamento de unión, podremos adquirirlo fácilmente en los mismos comercios. No debemos olvidar consultar bien la etiqueta para saber con qué tipo de pinturas resulta apto.

Gesso blanco para colores más claros

Si queremos que los colores de nuestro lienzo parezcan más claros, haremos uso del gesso blanco. Este hará que se muestren más suaves y claros. Para conseguir que sean aún más claros, aplicaremos los colores mientras el gesso todavía está húmedo. Este suele ser la variedad más utilizada para hacer la imprimación de los lienzos.

Gesso de color para mayor nitidez en los colores

Para conseguir que nuestros colores tengan un mayor brillo sobre un fondo que sea oscuro, utilizaremos gesso de color. Un ejemplo sería el caso de una naturaleza muerta o de un retrato. Depende del ambiente que busquemos para nuestro cuadro, elegiremos un color u otro. En el caso de un paisaje, una buena elección sería un gesso de tono terroso, como el ocre o el azul oscuro.

Al contrario que el gesso blanco, el gesso de color puede resultarnos más difícil de encontrar. Otra opción es elaborar el nuestro propio, utilizando pintura acrílica con una imprimación blanca. En este caso jugaremos con las cantidades de pintura que añadamos, para modificar el color final que queramos obtener.

Gesso infantil para una imprimación económica

Si queremos ir probando con una pintura simple, podremos hacer uso del gesso infantil, que es más acuoso que el artístico, pero que puede servirnos. El que encontraremos más habitualmente será el de color blanco. Resulta más barato porque tiene menos pigmento y más relleno.

Gesso artístico para una imprimación de alta calidad

Por otra parte, si lo que buscamos en nuestra pintura es una mayor calidad, utilizaremos el gesso de grado artístico. Este aporta una mayor textura y una ligera aspereza. En este caso sí que podremos encontrarlo más fácilmente en color.

¿Cómo realizarlo?

Para aplicar la imprimación también deberemos seguir una serie de pautas que nos ayudarán a que quede a la perfección para la posterior utilización de la pintura.

Aplicar agua

Para conseguir la consistencia necesaria no hay una medida exacta de agua que añadirle. Para obtenerla, verteremos la imprimación que vayamos a utilizar en un recipiente e iremos añadiendo agua poco a poco mientras vamos removiendo. Lo haremos despacio, hasta conseguir una especie de crema espesa.

Es necesario diluirlo debido a su espesura, siempre recordando no excedernos con el agua, ya que si nos pasamos deberemos empezar de nuevo.

Pinceles gruesos para trazos verticales

Si vamos a realizar la imprimación de manera vertical, utilizaremos un pincel grueso. Lo haremos realizando trazos paralelos que vayan desde la parte superior del lienzo hasta la parte inferior. Intentaremos crear una superficie lo más plana posible, haciendo uso de pinceles duros si buscamos un resultado más óptimo. En el caso de que trabajemos con un lienzo de grandes dimensiones, podemos hacer uso de un rodillo. Recuerda pintar también sus bordes, ya que a veces puede ser dificultoso llegar a ellos pintando verticalmente.

Secado y lijado

En el caso del gesso, no es necesario demasiado tiempo para que seque, recomendando dejar, al menos, una hora. Una vez seco, le daremos una pasada con una lija fina. De esta manera conseguiremos una suave textura. En el caso de que no queramos conseguirla, no realizaremos el lijado. Es importante acordarse de retirar bien el polvo que quede en el lienzo antes de empezar a pintar, así como de limpiar bien el pincel utilizado.

Repite para otra capa de trazos perpendiculares

Para realizar la segunda tanda de trazos, giraremos el lienzo 90 grados, así los trazos quedarán perpendiculares a los ya realizados. Con esto conseguiremos una textura más uniforme. Se le pueden aplicar tantas capas como deseemos, pero lo habitual es aplicarle dos.

Procede a un nuevo lijado

Por último, como en la primera ocasión, procederemos a un nuevo lijado. Después de dejar secar el gesso, lo lijaremos suavemente y con ligeros movimientos hacia delante y hacia atrás, de manera que no quede demasiado lijado.

Si quieres que quede de manera más irregular, podemos aplicar el guesso con una esponja para obtener una mayor aspereza en la textura. Recuerda limpiar bien tus pinceles con un limpiador, ya que suele ser difícil retirar bien el gesso de ellos.

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